miércoles, 25 de julio de 2012

Atrás, pecadores...

Esta página tiene contenidos explícitos...

Palabras de bienvenida... de nuestro pbro. y mentor:

...

(¿Padre?, ¿Dónde está? ¿Padre????? Lo perdimos....)

lunes, 16 de julio de 2012

La Balada de los Ahorcados

Hermanos humanos, que viven después de nosotros,
no tengan contra nosotros endurecidos corazones,
pues, teniendo piedad de nuestras pobres almas,
Dios la tendrá antes de ustedes.
Aquí nos ven atados, cinco o seis:
en cuanto a la carne, que hemos alimentado en demasía,
hace tiempo que está podrida y devorada
y los huesos, nosotros, ceniza y polvo nos volvemos.
De nuestros males no se burle nadie;
pero rueguen que a todos Dios nos quiera absolver.

Si hermanos nos llamamos, en nuestro clamor sin desdén
nos traten, aunque hayamos sido muertos
por Justicia. Pues deben entender
que no todos los hombres pueden ser sensatos;
perdónennos ahora, ya que hemos partido
hacia el hijo de la Virgen María;
que su gracia no nos sea negada
y pueda preservarnos del rayo infernal.
Muertos estamos, que nadie nos moleste:
pero rueguen que a todos Dios nos quiera absolver.

La lluvia nos ha limpiado y lavado,
y el sol desecado y ennegrecido;
urracas, cuervos, nos han cavado los ojos
y arrancado la barba y nuestras cejas.
Nunca jamás, ni un instante, pudimos sentarnos:
luego aquí, luego allá, como varía el viento,
a su placer sin cesar nos acarrea,
siendo más picoteados por los pájaros que dedales de coser.
De nuestra cofradía nadie sea:
pero rueguen que a todos Dios nos quiera absolver.

Príncipe Jesús, que sobre todo reinas,
guarda que el Infierno no tenga sobre nosotros dominio:
nada tenemos que hacer con él ni que pagarle.
Hombres, en esto no hay ninguna burla:
pero rueguen que a todos Dios nos quiera absolver.

François Villon

sábado, 21 de febrero de 2009

EL AHORCADO: "la letra que falta"... Años después de su lanzamiento, seguimos resistiendo...



La figura de un "ahorcado" posee muchas significaciones. Está la figura de un hombre que cuelga de un poste seguido de un hecho sangriento o, por qué no, de un suicidio malsano; la figura religiosa de Judas quien, supuesto traidor, muestra también sus vísceras destajadas a los aterrorizados hombres que se quedan sin su padre y, de paso, sin su propia culpa; la figura del hombre que cuelga de un pie en el antiguo tarot (que apunta hacia el sacrificio en pos de bienes superiores). Está también la imagen que se tiene del juego en el cual uno intenta salvar a su ahorcado descubriendo las letras correctas antes que muera quemado por nuestra propia impericia. En fin, de cualquiera de las formas en que se trate aquella imagen no es algo que nos deje tranquilos, tal vez sea porque siempre está implícita la asociación que hacemos de ella con la muerte, de algo que traemos con nosotros pero que ocultamos en la masa. Es algo inquietante, casi repulsivo, no es algo que nos permita mantenernos pasivos y la reacción consiguiente generalmente será de rechazo. Un ahorcado no es alguien que llegue a esa condición por seguir el patrón normal de las cosas, por mantenerse en la línea correcta. No es una muerte natural. Es alguien que agrede a las masas mostrándoles su cuerpo balanceándose obscenamente y por ello se considera su muerte como una instancia repudiable y negativa. O al menos es la visión tradicionalista hasta donde llega la mayoría con su propio horror y miedo de llegar a un límite tan señalado y expuesto. Pero la figura de "el ahorcado" va más allá. En primera instancia hay que reconocer que su figura es necesaria y está en la mente de todos. Su enjuiciamiento espontáneo permite a su vez una sanación interna que trae consigo la estabilidad y el orden. Pero, incluso más allá, su aceptación es también la aceptación del traspaso de la muerte hacia la vida, un ritual necesario de renovación extrema que se produce a través de la inmolación o la entrega de nuestros cuellos a la soga que nos elevará…
En su momento no lo sabíamos, pero arrastrábamos tras nosotros aquel peso difuso e incierto que buscaba aquella renovación, aquella savia que corría por las calles de nuestro entorno y que se diluía al volver la vista. Un espejismo de cotidianeidad, tal vez, pero que nos indicara que existía sentido dentro del sentido. Aquello era la revista "El Ahorcado". El ansia de cambio y de transformación que pagábamos con nuestros cuerpos balanceándose gustosos de saltar al vacío. La búsqueda de contracultura y de arte fuera del arte. La búsqueda de historias comunes pero cargadas de de espesor seminal y primario. El espejo de nuestras propias expresiones y la acogida de las agrupaciones que considerábamos dignas de una soga como la nuestra. No, no lo sabíamos, pero todas nuestras historias convergían en aquel desaventajado puñado de letras y todos nuestros procesos exigían también de sanaciones internas. Se dejó atrás estudios, trabajo, tiempo, dinero, amarguras, rabias, alegrías, risas, ¿amores?... para dar vida a lo que fue el primer número de la revista El Ahorcado nacido el 22 de octubre del 2007 en el peda, en una ceremonia que tuvo más sangre de la que ninguno de nosotros pensó en su momento. Los integrantes, tal como reza nuestra pequeña sección "el ello": el leo, la luzma, el omar, la ana, el hugo, la andrea, el diego, la xaviera, la marcela, el marcelo, la maritza, el francisco, la belén (mi pequeña belén) y quien en este minuto les habla. Un abrazo para todos ellos y un pequeño homenaje al tiempo en memoria de nuestras correrías por las calles de Santiago en busca de verdadero arte o en busca de nosotros mismos.

                                                                                                                                    By Oscar Subiabre 

jueves, 27 de septiembre de 2007

Agradecimientos

Queremos agradecer públicamente a todas las personas que trabajaron para sacar adelante el proyecto de la Revista, en especial:

- a los chicos del Club de Toby
- a las hermosas Reina Luna
- a la Compañía Reprobados por 3ª
- a todo el equipo de El Ahorcado, por la constancia
- a todo el grupo de "enanos" que trabajó arduamente en el lanzamiento (en especial, a Mario y Fabián)
- al público, que nos aguantó durante tres horas
- a Delia, sin la cual hubiera sido imposible la impresión delux de la Revista
- a Extensión de la UMCE, por ayudarnos en difíciles momentos
- y finalmente a Rafael Ureta y Juan Seccia, de la Dirección de Asuntos Estudiantiles, por financiar y creer en las iniciativas de los estudiantes.

A todos ellos infinitas gracias.

¡Seguiremos trabajando! Se viene el 2º número